¿Qué se necesita para ser un buen socorrista?

Seguramente muchos de vosotros que estáis leyendo estas líneas estaréis pensando en trabajar este verano de socorristas. Es una buena decisión se trata de una profesión de mucha demanda.

Que hace falta para ser un buen socorrista?

Seguramente os lo deberéis imaginar, pero para ser un buen profesional de este campo, no es suficiente con tener la titulación obligatoria. Se requieren algunas características más, que bien no son de obligado cumplimiento, nos ayudaran a ser mejores profesionales. Aquí van unos consejos.

  • Mantenerse en buen estado físico: es quizás el consejo más evidente. Ser socorrista, tanto si se es acuático o no, requiere de estar en forma, no sabes nunca cuando tendrás que correr, no sabes el peso que tendrás que cargar o mover. Si no se realiza ejercicio a diario difícilmente podrás seguir el ritmo y puedes lesionarte en la acción de rescate. Las opciones para realizarlo son sencillas, entrena en un gimnasio y sal a correr.
  • Hábitos saludables: en la línea del primer consejo, establecer unos hábitos saludables nos ayudará a desarrollar mejor nuestro trabajo. Aquí se incluyen hábitos como dormir las horas suficientes, mantener una dieta equilibrada, no fumar, no consumir sustancias que puedan afectar a nuestra salud…
  • Actuar con decisión: cuando una persona decide ser socorrista ha de saber lo que le espera. Vale la pena recordarlo: nunca sabes en que momento te encontraras en una situación complicada, un gran corte, un objeto clavado en un ojo, un hueso roto? Una parada cardiorrespiratoria? Siendo conscientes de este tipo cosas nos ayudará a estar preparados. No podemos escondernos en los momentos más necesarios. Hemos de actuar con cabeza y gran responsabilidad en todo momento.
  • Formación continuada: es básico si pensamos en esta opción profesional a la larga. Periódicamente salen nuevas medidas de seguridad o nuevas técnicas de salvamento. Estar al día en estas novedades nos ayudará, un profesional que no se recicle en su ámbito laboral esta condenado al fracaso, dado que las nuevas generaciones subirán con más formación.